El molino.
Su figura de
esqueleto con un solo brazo, plantado con firmeza al borriquete, la veía sin
exagerar en todas las cocinas de mi pueblo, siempre listo para convertir en
masa el grano que ha alimentado por siglos a los colombianos. Arepa, buñuelo,
bollo, masato, peto, chicha, crispeta, torta, tamal, chito, aceite y muchos
productos más, derivados del maíz, la gramínea milagrosa que ocasionó hace 300
años, una verdadera revolución agroindustrial en el país, deben primero pasar
por el molino, para obtener la masa o nixtamal como la llaman en México, país
de donde llegó la planta a Colombia, con el nombre ancestral de teocintle.
Al comienzo el
grano se trituraba con piedras y hasta con los dientes para preparar la chicha
que alimentaba el espíritu de los aborígenes, en especial los zenúes, que
poblaban las riberas de los ríos Zenú y San Jorge. El molino con su tornillo
sin fin, una prensa para calibrar la trituración del grano y accionado por el
impulso manual de una manigueta, facilitó el desayuno, el almuerzo y la cena de
los colombianos y contribuyó a su buena alimentación por las calidades
proteínicas del maíz. A través del
tiempo se le colocó un motor eléctrico, con una tolva más amplia, que acabó con
la magia de la molienda manual, pero afortunadamente en muchos hogares donde no
confían en los procesos industrializados del maíz, aún conservan el molino, ya
no exhibido sobre el borriquete, sino guardado en una gaveta del mueble de la
cocina. Las piezas del molino, van aseguradas entre sí por unas tuercas
mariposas que por su tamaño se extravían a cada momento, especialmente la de la
manigueta y quien se atreva a moler sin asegurar esta pieza, tiene asegurado un
golpe en el codo o la rodilla; la pérdida de esta pieza, dio origen a la frase
regional, “te pierdes más que la mariposa del molino”, cuando se quiere señalar
que alguien no se ha dejado ver por mucho tiempo.
En el
municipio Valle de San Juan, del departamento del Tolima, se realiza el Festival
del Maíz, donde pueden saborearse 64 alimentos que cuentan con esta gramínea,
como componente principal, además de productos industriales como cosméticos y
aceites. Las carrozas y disfraces que participan en el desfile principal deben
ser diseñados y adornados con las hojas y mazorcas de la misma planta. Muchos
de los asistentes a este evento, van principalmente en busca de la chicha, que
produce una borrachera con efecto residual, que puede durar tres días.
Si Adolfo
Pacheco no cambia su pueblo por un imperio, como lo asegura en su famoso
merengue, El viejo Miguel, yo tengo la plena convicción que jamás cambiaré una
arepa de maíz verde molido en casa, con anís estrellado y pedacitos de cebolla
en rama, por el pan mejor preparado del mundo.
Samuel Muñoz Muñoz.
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